martes, 3 de noviembre de 2015

Mis opiniones sobre la segunda vuelta

Me parece muy interesante que haya dos modelos en disputa, a pesar que Scioli no haya sido el mejor candidato para representar una centro-izquierda de raíz peronista con tendencias keynesianas. O mejor dicho, con otros gobernadores representan más bien el "centro" conservador-popular de la coalición.
Del otro lado se ve claramente un frente de centro-derecha, donde la UCR sería el "centro", y el PRO el lado más liberal y pro-mercado con tendencias ortodoxas. 

Una polarización total y sumamente interesante para equilibrar el sistema político del país.

En el sorpresivo caso que llegue a a ganar "cambiemos", es porque un gran número de ciudadanos (¿51%?¿60%?) percibe cierto agotamiento del modelo económico e insatisfacción con la conducción política de Cristina, y piensa que Macri representa el cambio preferible. 
Igualmente más tarde o más temprano también se experimentará un agotamiento del modelo ortodoxo que dará la oportunidad de que las ideas keynesianas regresen (¿2017, 2019, 2023?). O puedo suceder si el Jefe de Gobierno porteño no puede conducir la coalición firmemente, o no logra sumar apoyo popular a su gestión.

Massa  puede llegar a ser la oposición más fuerte de cualquiera de los dos: o aliado a radicales y PJ disidentes si gana Scioli, o quedándose con el liderazgo de un peronismo modernizado junto a De La Sota si gana Macri. Aunque ahí competiría con Cristina y La Cámpora como líderes de la oposición.

En este país de personalismos, lo que es nuevo en un momento y exitoso, una vez que es viejo pasa a ser un recuerdo que se conserva con mucho o nada de cariño. En el `83 lo nuevo fue el alfonsinismo, en el `91 el menemismo, en el 2003 el kirchnerismo. Todos son ahora parte de lo viejo, de liderazgos que se extinguen cuando se deja el poder. Por ejemplo, lo nuevo para el futuro se ve en estas figuras jóvenes: Massa y Urtubey en el peronismo, Vidal y Lousteau en el espacio Radical/Pro.

Mi posición personal es que hay mucho nerviosismo, porque en la cabeza de los dirigentes más que diferencias ideológicas, está en juego manejar el 38% del PBI nacional. Eso es lo que gasta el Poder Ejecutivo de la Nación. En definitiva, una lucha por PLATA y PODER (alrededor de 150.000 millones de dólares de presupuesto anual). 

Yo no soy muy amante de las radicalizaciones ni por izquierda ni por derecha, veremos qué pasa...

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