miércoles, 19 de noviembre de 2014

Parece que al radicalismo no le interesa gobernar la Nación.

Desde el 2007 veo una enorme diferencia entre la forma de construir frentes electorales que tienen los dirigentes de tradición peronista con respecto a los demás. Se ve claramente en CFK y ahora también en Massa. Tienen la tendencia a buscar socios políticos en un espectro amplio que va desde el PJ ortodoxo del interior hasta el progresismo urbano y buscan votos de obreros, de marginados y también de la clase media. Tampoco discriminan mucho por origen. Lo importante para ellos es que sus socios los apoyen, entonces no hace falta ser justicialista obligatoriamente, sino que se puede ser de origen radical, socialista, neoliberal o lo que sea. ¿Bolsa de gatos? Tal vez, pero en casi todos los países de la región gobiernan coaliciones de varios partidos y más o menos se ponen de acuerdo en un rumbo definido. El que no coincide con las decisiones del líder momentáneo está invitado a irse. Los líderes de origen peronista tienen una especie de pasión o desesperación por estar en el poder, manejar los recursos estatales y mandar, que en los meses previos a las elecciones presidenciales los hace buscar las coaliciones más amplias posibles. Las contradicciones se resuelven (o no) una vez conseguido el objetivo. En blogs de militantes se lee muy seguido "lo importante es ganar". Incluso si eso significa tragarse más de un sapo, o que el frente gobernante cambia constantemente de aliados y enemigos. Lo toman con naturalidad tanto dirigentes, como militantes y también los votantes. Demuestran que quieren ejercer conducción, aunque muchas veces esa exigencia de verticalidad termina rozando el autoritarismo. Pero ese es otro tema a discutir.

En cambio, en la franja del pan-radicalismo en los últimos años no surgieron líderes de proyección nacional que convoquen a un frente amplio que abarque a por lo menos el 30% o 40% de la sociedad que generalmente no vota candidatos del PJ. Parece que buscan una pureza ideológica que no representa a más que a una minoría. La identidad radical siempre fue por lo menos binaria: un sector más nacionalista y populista (muchos de los cuales se pasaron a las filas de Perón) y otro más conservador y liberal. En cierta forma, en 1983 fue un frente muy amplio que los llevó a ganar con el 50%, aunque unos años después y mucho antes de la caída de De la Rúa, su principal líder Alfonsín los llevó a sacar solo el 17% y a perder la confianza de gran parte de la clase media, su principal base de apoyo. Carrió no se equivoca al decir que son mediocres y funcionales al gobierno, es la imagen que proyectan por lo menos. Sanz es el único que se muestra más astuto al incentivar acuerdos amplios para ganar en varias provincias y sumar bancas, aunque me cuesta entender por qué lo mismo que sirve a nivel provincial horroriza a los radicales si es a nivel nacional.  Macri tampoco hasta ahora parece tener la voluntad de poder que lleva a buscar alianzas grandes y negociar con los demás. Él dice que quiere ser el próximo presidente, pero no parece estar trabajando mucho para seducir a socios importantes en todas en todas las provincias que se sientan afines a su proyecto.

Los agotamientos de los ciclos económicos, las recesiones y el cansancio ante la corrupción dan la oportunidad para que la sociedad elija un cambio de rumbo y otros equipos de gobierno. Sin embargo, se corre el riesgo de no saber aprovechar la declinación kirchnerista porque hasta ahora no hay candidatos muy competitivos, con experiencia de gestión y capacidad de negociar la incorporación de socios de diferentes partidos en una propuesta común que beneficie al país por muchas décadas. Macri puede ocupar ese lugar, pero tiene que trabajar muy fuertemente con la UCR y pulir sus aptitudes como Jefe de Gobierno y dirigente. Me parece que ahora ya es demasiado tarde. Los caciques justicialistas, más flexibles y ambiciosos, seguirán ejerciendo la hegemonía,y adaptarán su discurso y políticas a lo que les convenga en el momento. A ellos sí les interesa ganar y trabajan para lograrlo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

La Pax Cambiaria reciente

El aprovechamiento de la mayoría parlamentaria, la división creciente en la oposición y la frágil estabilidad cambiaria lograda recientemente le están dando aire fresco al gobierno nacional, a pesar de la recesión y la alta inflación.

Hace varios meses que vengo siguiendo casi semana  a semana la evolución de las reservas internacionales y la cantidad de base monetaria. Llamativamente el valor del dólar blue tiende a coincidir con este "dólar convertibilidad" desde la instauración del cepo cambiario. En agosto del 2011, las reservas alcanzaban a respaldar al tipo de cambio oficial de $4 incluso más que todos los pesos en circulación. Esa gran capacidad de maniobra se fue perdiendo a medida que las reservas descendieron en estos últimos tres años.

Sin embargo, a diferencia de los pronósticos más fatalistas que planteaban  una gran crisis cambiaria en octubre o noviembre luego de la salida de Fábregas, se ve un escenario más estable que en meses pasados mientras los dólares paralelos se desinflan. ¿Qué medidas se han tomado para llegar a esta situación, más allá de los controles a casas de cambio y bancos?

Se ve una especie de moderación económica a pesar de la radicalización política. La emisión monetaria está en niveles bajos en relación a momentos anteriores: crece  a menos del 20% anual. Por un lado el BCRA absorbe pesos con LEBACS (Letras del Tesoro) a tasas del 26-29%

http://www.cronista.com/finanzasmercados/El-BCRA-aspiro--1.800-millones-via-Lebac-20141029-0043.html

También el Ejecutivo está tomando deuda en pesos para financiar gastos para los que la recaudación impositiva no alcanza. Con una zanahoria que los hace más atractivos: son "dollar-linked", o sea que mantienen su valor en USD oficiales si hay devaluación del peso.

http://www.iprofesional.com/notas/199807-El-Gobierno-analiza-colocar-un-nuevo-bono-dlar-linked-por-us500-M

En cuanto al ingreso de divisas en las arcas del Banco Central, la caída de la actividad y el freno a muchas autorizaciones para importar produjo un retroceso de las compras al exterior, que alivian a las reservas.

http://www.rionegro.com.ar/diario/las-compras-externas-del-pais-caen-10-en-los-primeros-nueve-meses-del-2014-4789026-10944-notas_eco.aspx

 El 35% de recargo al turismo y compras internacionales bajó la cantidad de dólares que se gastan en el extranjero. Y de a poco están empezando a entrar los yuanes que manda China por el acuerdo del swap de monedas. Por un par de semanas, las reservas permanecerán estables lo que repercute en la estabilidad del dólar.

http://www.eleconomistaamerica.com.ar/economia-eAm-argentina/noticias/6204510/10/14/Argentina-activa-el-swap-con-China-y-recibe-814-millones-de-dolares-para-las-reservas-del-Banco-Central.html

Habrá que ver más cerca de fin de año cómo planea financiar el Tesoro los $100.000 millones de pesos que necesitaría para cubrir el déficit proyectado para diciembre. Y a partir del año que viene, tendrán que definir si arreglan con los fondos buitre/hold-outs, y cómo harán para financiar los u$s13.800 millones de vencimientos de deuda en 2015 (incluyendo los u$s500 millones del Club de París) sin deteriorar el equilibrio frágil del Banco Central. 

Espero que sean más prudentes que en años electores anteriores.  

lunes, 20 de octubre de 2014

Las tres opciones del gobierno nacional


1. Radicalizarse aún más políticamente. No arreglar con los buitres y pagar deuda con reserva y frenar todavía más las importaciones. No devaluar el oficial, que seguirá en torno a 9 pesos hasta el año que viene. Dejar el poder en diciembre de 2015 con 20.000 de dolares de reservas o menos. Imprimir más para financiar el déficit fiscal, que aumenta por ser año electoral. Utilizar el swap de moneda con China para financiar la caída de reservas. Aún así la economía no vuelve a crecer por la gran incertidumbre y la inestabilidad, por lo que aumentan los despidos y la inflación. El FPV no tiene chances de ganar las elecciones.

2. Hacer un puente de USD para no devaluar mucho el oficial y sostener reservas en el mismo nivel (entre 26.000 y 28.000 millones de dólares) consiguiendo 10.000 millones para paliar déficit, aunque sea a tasa alta, luego de arreglar con los fondos buitre. Liberar un poco las importaciones para no afectar tanto el nivel de actividad. No atacar la raíz del problema, que es el sobreconsumo de divisas por encima de las posibilidades actuales de generarlas. No se flexibiliza el cepo cambiario. El gasto público aumenta lo mismo que en otros años electorales. Los agentes económicos se tranquilizan pero la economía sigue virtualmente estancada. El FPV tiene chances de ganar la elección, pero "alvearizándose" con un candidato cercano al establishment como Daniel Scioli.

3. Giro hacia la moderación. Devaluar un poco apenas comienza la cosecha (no más del 20%) y defenderlo, con medidas de estabilización y tasas altas para bajar el blue otro 20%. Resolver los hold-outs para tomar un poco de deuda en USD que fortalezcan reservas por encima de 30.000 millones y bajar los tipos de cambios no oficiales. A medida que todo se estabiliza, ir flexibilizando el cepo cambiario y comenzar a bajar rápidamente la tasa para meter combustible al crecimiento económico. Nueva ley de promoción de inversiones de largo plazo, extranjeras y nacionales. Reducción de subsidios para bajar el déficit fiscal. Se empieza a atacar de raíz los problemas macroeconómicos. El PBI empieza a crecer en el segundo semestre de 2015 al 6% anual. Cristina es la gran electora, su imagen positiva supera el 50% y elige un delfín hiper-kirchnerista con altas chances de ser presidente en 2015.

Mi intuición me dice que el 3 está descartado. Será una mezcla entre 1 y 2...

domingo, 5 de octubre de 2014

Cambia el clima regional (pero no tanto)


Comenzamos a ver en algunos países de Latinoamérica un progresivo desgaste de los gobiernos pertenecientes a la centro-izquierda o al neo-populismo. La primera señal clara fue el año pasado cuando Maduro ganó con lo justo contra Capriles (51% vs 49%) en medio de un clima económico deteriorado, y resultó ser la peor elección para el chavismo desde el año 1998. Se perdieron alrededor de 12 puntos porcentuales desde el altísimo 63% de Chávez en 2006.

Ahora fue el turno del Partido de los Trabajadores brasileño, que consiguió ganar la primera vuelta electoral pero con un merma de millones de votos en relación a la primera elección de Dilma Rousseff. En 2010 el porcentaje que obtuvo fue casi 47%, hoy apenas consiguió superar el 41%. Un número muy bueno, pero una alarma para el partido oficialista porque puede significar una victoria apenas superando el 50% en el ballotage. Pareciera que las demandas comienzan a sofisticarse, y ya se da por amortizada la inclusión social del programa Bolsa Familia al momento de votar. La incipiente recesión económica, y lo que para muchos es una escasa inversión en salud, educación y transporte público influyeron sin ninguna duda en disminuir los votos para el PT. 

Pronto será el turno de Uruguay, donde las encuesta pronostican una victoria del Frente Amplio, pero también signada por pérdida de votantes en favor de alternativas más conservadoras. 

Es muy probable que el año que viene veamos algo similar en nuestro propio país. Las medidas intervencionistas de Kicillof, si bien intentan disciplinar a los actores económicos y reforzar la autoridad presidencial, no parecen estar dando frutos. Cada mes que pasa, las ventas en comercios e industrias disminuyen más. Y la restricción externa se encamina a agravarse en 2015. Pareciera que el equipo económico está decidido a "vivir con lo nuestro". Es decir restringir la demanda de dólares al nivel de las exportaciones, y de lo que pueda ingresar de inversiones chinas. Seguramente veremos a las importaciones caer 10% o 20% anual, a la industria producir 5% menos, el comercio minorista bajar otro 5%, con el correspondiente aumento del desempleo, la inflación y el malestar social. En el mundo actual ninguna economía emergente crece sin divisas. Y si gastan las reservas para pagar los vencimientos de deuda, se debilitaría el peso aún más acelerando las expectativas devaluatorias y las corridas cambiarias.

Esta situación de vulnerabilidad en el frente económico, repercutirá en el apoyo al kirchnerismo en las próximas elecciones. La Asignación Universal por Hijo y otras políticas sociales y culturales ya fueron amortizándose en el electorado. Y se empiezan a cotizar las alternativas más "capitalistas", que prometan cerrar el conflicto de la deuda para iniciar un nuevo ciclo de crecimiento con inflación más baja y nuevos empleos. Es más, si el candidato oficialista llega a ser Scioli, aunque pierda será una prueba aún más fuerte del giro hacia una moderación conservadora de parte de la mayoría del electorado. 

Un cambio que no veo mal, porque creo que tanto los proyectos nac&pop y las fuerzas más liberales o pro-mercado tienen el mismo derecho de disputarse el poder y llevar a cabo sus programas. Siempre que sea bajo las reglas de la democracia, sin caer en los excesos autoritarios o totalitarios. Los resultados de sus políticas se van viendo en el tiempo, y en base a esas percepciones la sociedad decide qué rumbo prefiere en determinado momento. 

Argentina puede ser el primero de los países más poblados del MERCOSUR en pegar el giro hacia la centro-derecha, o conservadurismo popular, por un par de años. Algo que probablemente sucederá en Brasil en 2018 y también en Venezuela (y Uruguay) en el 2019. Repito, por un de par años...

lunes, 25 de agosto de 2014

¿Por qué será?

¿Por qué será que los ciclos políticos en Argentina - radicales o peronistas, más de derecha o de izquierda - terminan en ajuste y devaluación, o con la economía cayendo, el desempleo y la pobreza subiendo?

No creo en teorías conspirativas de enemigos internos ni externos. Todos los países los tienen, y los gobiernos se manejan como pueden. En nuestro caso pienso que fallan las políticas de las dirigencias, que se fascinan por experimentos económicos y sociales de dudosa sustentabilidad en el largo plazo... (plan Austral, plan Primavera, Convertibilidad, el "Modelo" actual, etc.)

lunes, 28 de julio de 2014

Los posibles beneficios políticos de un "default técnico"

Leo en internet un punto de vista interesante. Parece algo exagerado, pero ¿estará muy alejado de lo que planea el Ejecutivo?

"Patear el tablero mediante el default acotado le permitiría al gobierno polarizar con la oposición, tal vez recuperando parte del voto de izquierda que teme la llegada al poder de Mauricio Macri. También el default serviría para culpar a los fondos buitres, Griesa y el sistema en general, por el estruendoso fracaso del actual modelo económico. Los opositores que condenen la cruzada del gobierno serían acusados de servir a los intereses de los fondos buitres, como ya insinuó días atrás Jorge Capitanich. Por otra parte, el default sería un pretexto ideal para imponer manu militari nuevas medidas de emergencia sobre el comercio, el mercado laboral y el campo.

En cuanto a los gobernadores -oficialistas y opositores- la imposibilidad de obtener financiamiento externo los pondría un poco más de rodillas ante la jefa suprema. En resumen, tal como viene, el default serviría para convertir la etapa de transición en la construcción de un hiperautoritarismo. Como es obvio, nada de esto le garantiza a Cristina ganar las elecciones y ni siquiera entrar al ballotage. Pero en cambio le devolvería la iniciativa y sembraría la confusión en las filas opositoras. Lo que ya es bastante."

http://site.informadorpublico.com/2014/07/28/pateando-el-tablero/

domingo, 25 de mayo de 2014

La restauración conservadora

Hoy leí en el blog sobre política "Los huevos y las ideas" el siguiente comentario que me hizo reflexionar un poco:

 "Capitán Medibacha dijo...

(...) Lo que pareciera a esta altura innegable es que Cristina no va a poder repetir en Argentina el logro de Lula: la continuidad en el gobierno del PT con la candidatura de Dilma que, no solo logró ganar en el 2010 sino que tiene todas las chances de repetir este año.- El Frente Amplio uruguayo también ha logrado una continuidad envidiable, al menos para mí, en función de institucionalidad y democracia interna.- ¿Cómo es y cuales han sido nuestros errores para que Cristina haya perdido el tren y ya no tenga más poder para generar un candidato potable que al menos intente continuar con lo que se viene haciendo desde el 2003? ¿Alguien piensa que Scioli continuará la línea del Mercosur y del Unasur, aliados con Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Uruguay? ¿Cuánto tardará en aliarse con los EEUU e inclinarse a la Alianza del Pacífico? ¿Cuánto tardará en llegar el ajuste fiscal, la reducción de los ingresos y de los derechos de los trabajadores y el boom del endeudamiento externo? Casi diría que, para hacer eso, prefiero que ganen Massa o Macri, lo que por lo menos nos dejaría a los k como oposición consolidada para el futuro.- Es peor apoyar a uno que dice ser del propio bando pero luego hace todo lo contrario.- Como botón de muestra hay que recordar lo que hizo Menem como supuesto peronista.- También viví el desastre generado por Perón cuando nos dejó a Isabelita y a López Rega.- Me asusta que el kirchnerismo termine alfombrando la entrada de Scioli, que patea para el otro lado.- Un abrazo

24 de mayo de 2014, 22:25"

fuente: http://loshuevosylasideas.blogspot.com.ar/2014/05/1998-y-2014-paralelos-roles-y-los.html

Y pensé:

¿Será que Cristina es en realidad la Dilma de Néstor, y la experiencia de este "PT" argentino está llegando a su fin? Como si la intensidad de los años vividos recientemente hayan acelerado el proceso de auge y caída de ambos liderazgos políticos del matrimonio.

Da la sensación que el modelo nacional-populista con redistribución, asignaciones, subsidios y sustitución de  importaciones ha encontrado su agotamiento por la llamada "restricción externa", la caída de las inversiones, la inflación creciente y la fuga de capitales.

Parecería que viene una "restauración conservadora" desde el mismo mundo que se dice peronista (sean Scioli o Massa). O sea ordenar la macroeconomía, fomentar lo privado sobre lo estatal, acercarse a las potencias centrales y al Eje Pacífico. La oposición sigue increíblemente fragmentadísima y confundida. Según la foto actual los candidatos del FAUnen y el PRO todavía salen terceros o cuartos en la mayoría de las encuestas. Y sería muy difícil un acuerdo entre estas  fuerzas diversas formadas por radicales, liberales, conservadores, izquierdistas y ex-peronistas.

Igualmente es muy importante tener en cuenta que luego de este muy probable giro conservador ortodoxo, que incluso ya se empieza a apreciar en la misma gestión kirchnerista, el péndulo gire otra vez. Y seguro volverá  la tradición nacionalista clásica, mercado-internista, tercermundista y distributiva que formó parte de varios partidos  y movimientos desde 1916 hasta la fecha. Aunque vaya uno a saber con cuánta intensidad, bajo qué nuevo nombre, y con cuál coalición de partidos y organizaciones sociales...








viernes, 2 de mayo de 2014

¿En qué gasta el gobierno nacional?


Hoy me preguntaba sobre cómo gasta el gobierno el presupuesto año tras año, y si las prioridades que se fijan son las mejores o las que el país realmente necesita, y en caso de necesitarse un ajuste de dónde se podría recortar para volver a tener superávit fiscal o mayores inversiones en infraestructura.

De acuerdo a datos del ministerio de economía y redondeando las cifras para el año 2014 se esperaba gastar de toda la torta de recursos:

39% Seguridad social (mayormente jubilaciones y pensiones)
19% Subsidios a empresas de transporte y de energía
15% Gastos administrativos y salarios de todos los ministerios y secretarias nacionales
11% Inversiones y transferencias a provincias, municipios y empresas estatales para obra pública (transporte público, vialidad, saneamiento, agua corriente, equipamiento hospitales, etc)
  10% Intereses de la deuda
  3,5% Universidades públicas
  2,5% Asignación Universal por Hijo y PROGRESAR
  (no hay ahorro fiscal)

En mi opinión, es importante recuperar un poco de superávit fiscal para contar con un ahorro contra-cíclico para inyectar en años recesivos, y también aumentar el porcentaje destinado a inversiones. La infraestructura del país en general está bastante deteriorada o es insuficiente para un proceso de crecimiento prolongado y para garantizar mayor calidad de vida y nuevos empleos.

Pienso que lamentablemente no se pueden dejar de pagar los intereses de la deuda, pero tampoco se deben ajustar partidas sociales, ni de las universidades a lo Lopez Murphy, ni la AUH. Se tendría que continuar con la profundización de la quita de subsidios. Y destinar gradualmente esos fondos tanto a ahorro como a mayor obra pública e inversiones.

En un par de años, veo mejor una distribución del presupuesto más similar a esta:

39% Seguridad Social
20% Inversiones y Obra Pública (con mucha vivienda social)
15% Gastos administrativos y salarios
10% Intereses de la deuda (un poco difícil de predecir)
4% Universidades Públicas
4% AUH y PROGRESAR (y algún plan nuevo)
4% Subsidios a empresas de transporte y energía
4% Superávit Fiscal contra-cíclico

Fuente: http://www.mecon.gov.ar/wp-content/uploads/2013/09/COMUNICADO-DE-PRENSA-2014.pdf


jueves, 24 de abril de 2014

La gestión económica y los votos oficialistas


Para ver cómo le puede ir a cualquier candidato oficialista en las elecciones del año 2015 hay que seguir muy cerca las encuestas sobre percepción de gestión económica del gobierno. Normalmente hay un porcentaje de la gente que vota de acuerdo a su filiación partidaria o su ideología, pero mucha más gente es más independiente y volátil: acompaña a los oficialismos cuando percibe que la economía y su situación personal anda bien, y lo castiga cuando piensa lo contrario. Si tenemos en cuenta los números históricos en encuestas de aprobación de gestión económica del 2007 a la fecha, surgen datos muy interesantes para ir prediciendo qué puede suceder en 2015.

Cuando Cristina Fernández es electa para su primer mandato en 2007 la aprobación económica del gobierno de Kirchner rondaba el 50% o más. Ella ganó con el 45%, un número muy similar. En plena crisis internacional del 2009, combinada con la crisis del campo del 2008, la aprobación bajó a números cercanos al 25% para junio de ese año. El FPV obtuvo sólo 30%. La recuperación del 2010 y 2011 ayuda a la reelección de CFK con el 55% cuando la visión positiva sobre la economía era del 60%. Y el año pasado aumenta nuevamente la desaprobación por el estancamiento industrial, la aceleración inflacionaria, el cepo cambiario y la caída de las reservas. Una aprobación de 30% coincidió bastante con el 33% oficialista en octubre de 2013. La relación aparentemente es bastante estrecha. Y también parece indicar que la mayoría de las personas no comparan con la crisis del 2001-2002, sino con los años más cercanos en el tiempo.

Mi opinión es que si bien no toda la gente considera únicamente a la marcha de la economía para votar, su influencia es enorme. Y si se recupera la aprobación a niveles superiores al 50% podríamos tener Kirchnerismo o Neo-Kirchnerismo para rato...




jueves, 10 de abril de 2014

Una revolución comunista en Argentina.

Me pasaron para que lea un texto sobre la historia de la sociedad humana, desde una perspectiva marxista-leninista-maoista.

Me llamó mucho la atención que el autor afirme que el comunismo desapareció mediante una restauración capitalista en la URSS en 1957 y en China en 1978, y que lo que existió en ambas naciones luego de ello fue un falso comunismo de fachada, que escondía verdaderos social-imperialismos.

Finalmente, el autor declara a modo de conclusión: "En su lucha por el comunismo, la clase obrera debe realizar la revolución en cada país, forjando su partido de vanguardia e integrando el marxismo-leninismo-maoísmo, ciencia de la revolución, con las condiciones particulares de cada país.
En la Argentina, la lucha de la clase obrera contra la explotación y por hacer realidad el objetivo histórico de la sociedad sin clases, tiene planteado dirigir la lucha de todo el pueblo en una revolución de liberación nacional y social que termine con la dependencia del imperialismo y expropie a los terratenientes latifundistas para realizar una profunda reforma agraria, abriendo así el camino al socialismo".

Es verdad que el capitalismo en su fase imperialista se nutre de la ambición y la codicia humana, del deseo de obtener ganancias, muchas veces a cualquier precio. También es cierto que es causa de muchas guerras inventadas, para favorecer sus intereses y su expansión mundial.

Sin embargo, hay algunas dificultades que se me ocurren al pensar en una posible revolución comunista. Primero ¿cuántos de los empleados bajo relación de dependencia se sienten explotados u oprimidos y dispuestos a apoyar una vanguardia revolucionaria? ¿Lo son cuando en este país los que están en blanco tienen derecho al aguinaldo, vacaciones pagas, licencias por enfermedad, indemnización por despido, salario mínimo, paritarias por convenio? Es verdad que una gran parte de los trabajadores no acceden a esos derechos por estar desempleados o "en negro", incluso hay casos de trabajo esclavo. Pero no son la gran mayoría en este momento, lo que debilitaría las adhesiones a una revolución aunque su causa sea noble. Dicho esto, hay países donde sí hay una explotación y opresión extendida, pero no lo veo tan así en el nuestro.

¿La clase obrera es homogénea? La clase obrera industrial en Argentina tampoco incluye a todos los asalariados, y varios de ellos son propietarios de sus viviendas o tienen un pequeño comercio, por lo que dudo estarían a favor de una revolución que socialice la propiedad privada. Por último la reforma agraria me parece anacrónica luego de un proceso de tecnificación que dejó con pocos campesinos al campo y expandió la frontera agropecuaria y las exportaciones. ¿El Estado produciría más y mejor, con mayor cuidado ambiental que los privados? ¿No es mejor plantearse qué hacer con los impuestos para garantizar la alimentación sana y suficiente de los ciudadanos excluidos? ¿Qué haríamos para incluir a los trabajadores rurales expulsados a los centros urbanos?

También pienso que al imperialismo se lo neutraliza "algo" con una política exterior seria, estratégica, inteligente, que pueda evaluar ventajas y desventajas de todos los escenarios, que regule el porcentaje de mercado o recursos nacionales al que puedan tener acceso las grandes multinacionales, que condene los abusos de las potencias y trabaje para la multipolaridad cultivando relaciones y alianzas.

En lo personal, no me molestan que existan diferentes clases, mientras se eviten los monopolios, haya una clase media creciente con  movilidad social y se garantice un estándar mínimo de capital material y simbólico a las clases menos favorecidas, para que puedan salir de la pobreza.

miércoles, 9 de abril de 2014

La casa propia incluye

¿Qué haría yo con la plata que se gasta en subsidios a la energía, el agua y el transporte? En 2013 fueron 134.000 millones de pesos, o sea el 16% de la recaudación impositiva nacional. 

Reduciendo un 50% esos subsidios y transfiriéndolos a planes de vivienda, se podrían construir con 67.000 millones de pesos 100.000 (o más) casas o departamentos adicionales a las del Plan PROCREAR por año.

Por ejemplo, se podrían sortear de forma transparente entre las familias con bajos recursos que no tienen casa propia. 

En diez años se podrán construir más de 1 millón, reduciendo tanto el déficit de vivienda como el aumento descontrolado de los barrios de emergencia. Aparte de los miles de puestos de trabajo extras en la construcción que se crearían.

-Entre el año 2003 y 2011 se construyeron con el Plan Federal de Viviendas 450.000. Desde el 2012 que empezó el PRO.CRE.AR., se terminaron 23.000 y están en construcción 160.000 (con 530.000 familias anotadas).-

lunes, 7 de abril de 2014

Violencia social, delito, marginalidad, narcotráfico. ¿Hay solución?

¿Qué cambios habría que implementar para que la Argentina retome la senda del desarrollo con inclusión social duradera? ¿Cómo se podría mejorar el uso del gasto público para pegar un salto de calidad en educación, salud, justicia, viviendas e infraestructura, que hoy avanzan a paso demasiado lento? En estos días donde se discute el nivel de violencia social, el aumento del delito y la marginalidad, la invasión "narco", creo que se debería reflexionar en estas dos preguntas. Porque su respuesta podría ser parte de la solución.

¿Qué pasó que tenemos un estancamiento económico y aumento de la pobreza desde hace casi tres años?

Desde el año 2003 hasta el año 2011 el producto bruto interno creció a tasas superiores al 7% anual, excepto en el 2009 donde hubo una pequeña recesión debido a la crisis financiera internacional y la depresión del comercio exterior mundial. Sin embargo, a partir del inicio del segundo mandato de CFK las tasas de crecimiento económicas se han vuelto decepcionantes para un país emergente: 1.9% en 2012, 3% en 2013 y, a enero de este año ronda el 1.2% interanual. ¿Habrá influido una débil economía mundial tirando para abajo nuestro crecimiento? ¿O será la consecuencia de las medidas del gobierno implementadas en estos últimos años recientes?

El kirchnerismo recibió una economía resucitada de la gran depresión de fin de siglo, pero todavía en terapia intensiva. En el marco de una economía bastante liberalizada por las reformas menemistas, el combo de ajuste ortodoxo con maxidevaluación y default alentó una rápida recuperación del sector agrícola e industrial, y una disminución brusca de las importaciones permitió una balanza comercial superavitaria. Es decir, por primera vez en décadas teníamos un excedente de divisas para financiarnos sin nuevo endeudamiento exterior. El primer mandato de Néstor se caracterizó por un Estado superavitario que recaudaba cada vez más, alimentaba la demanda agregada con subsidios y subas de salarios y jubilaciones, acumulaba reservas, aprovechaba los altos precios de las commodities, e incluso renegociaba la deuda externa en default. Las inversiones extranjeras no eran gigantes, pero se mantuvieron mayormente entre 4.000 y 7.000 millones de dólares por año. Se lo criticaba por el resurgimiento de la inflación, por casos de corrupción con fondos públicos y por ciertos arranques de autoritarismo, pero durante la mayor parte de su mandato más del 70% de la población tenía una imagen positiva de él.

Este esquema se fue deteriorando paulatinamente a medida que avanzó el tiempo, y ya con Cristina en el sillón presidencial se empezaron a requerir ciertos ajustes. El modelo presentaba signos de agotamiento. Cuando Cristina fue reelecta se hacía necesario una devaluación que equilibrara el sector externo, a punto de ser deficitario por primera vez; también se requería un ajuste fiscal para disminuir la emisión sin respaldo que financiaba gasto público, y aparentemente alimentaba aun más la inflación. La decisión fue no devaluar, sino hacer una mayor intervención de la economía y borrar los últimos rastros de la liberalización de los años noventa. Se terminó con la convertibilidad del peso, y se pasó a un esquema de control de cambios que derivó en un desquicio cambiario con numerosas cotizaciones. Se empezó a regular las importaciones mediante permisos, que hasta el día de hoy son aprobados o desaprobados con nula transparencia y absoluta discrecionalidad. La mayoría de inversores locales y extranjeros todavía tienen mucha cautela para iniciar grandes proyectos. Las reservas empezaron a disminuir estrepitosamente y el crecimiento económico es cada vez más cercano a cero, con nula creación de empleo a excepción del Estado que paga sueldos con emisión monetaria o deuda provincial. La inflación y el empleo en negro aumenta la cantidad de familias bajo la línea de pobreza día tras día. Mientras tanto la economía mundial, aunque menos robusta que en otras épocas, sigue creciendo por el empuje de los grandes mercados emergentes. ¿Estaremos haciendo algo mal nosotros?


sábado, 29 de marzo de 2014

¿El kirchnerismo fue una anomalía social-demócrata peronista?


De acuerdo a la declaración de principios de la Internacional Socialista, la organización mundial de partidos socialdemócratas, socialistas y laboristas, la "socialdemocracia" adhiere a las siguientes ideas:

En mi opinión, el kirchnerismo representó con aciertos y desaciertos este conjunto de valores durante la mayor parte de sus gestiones. Sus alianzas y concertaciones con partidos por fuera del PJ conformaron la estructura inicial de un proyecto político con estas características. 

Sin embargo hubo dos momentos donde el gobierno pareció radicalizarse y se acercó más al populismo latinoamericano tradicional con una propaganda oficial agresiva, un discurso polarizador y divisor de la sociedad (en vez de integrador) y una intervención brusca, improvisada e ineficiente del comercio exterior y otros sectores económicos. El primero fue durante la "crisis con el campo" por la resolución 125 y otro momento la llamada "profundización del modelo" durante fines de 2011 y todo el 2012, donde se tomaron medidas similares a la gestión chavista (que a su vez son semejantes al peronismo de 1946-1952 y de 1973-1974).

 Aparentemente, la sociedad argentina decidió acompañar más al kirchnerismo en sus etapas moderadas (con excelentes resultados electorales en 2005, 2007 y 2011) y lo castigó en sus intentos de radicalización (2009 y 2013).

En estos últimos meses se ve una tendencia a dejar de lado algunas banderas típicas de la izquierda para hacer un giro hacia un mayor "conservadurismo popular ortodoxo", que también ha convivido con el peronismo desde sus inicios. Un cambio posiblemente influenciado por el revés electoral y la revitalizada presión de los factores de poder para que Argentina se aleje del modelo populista bolivariano.

Creo que si Cristina hubiese continuado con medidas más cercanas a las socialdemocracias del siglo XXI, con un manejo económico más prudente y menos inflacionario, mayores inversiones en infraestructura y transporte público, sumado a un discurso integrador menos agresivo, tranquilamente el resultado de 2013 habría sido diferente y posiblemente el FPV tendría mucho más acompañamiento popular que el que está registrando en este momento. 


martes, 25 de marzo de 2014

¿Tiene chances el Frente Progresista-UNEN en 2015?

Si repasamos los resultados de las elecciones parlamentarias del año pasado, se puede ver que aproximadamente un 25% de los ciudadanos eligieron legisladores de la UCR, del FAP, del UNEN o de frentes locales integrados por las mismas fuerzas. No parece ser mucho para una presidencial, donde se necesita por lo menos un 40% y una distancia de 10 puntos para ganar en primera vuelta.

 ¿Pero qué pasaría si el peronismo se fragmenta en tres? ¿Qué pasaría si el kirchnerismo va con un candidato propio como Randazzo o Uribarri, obligando a Scioli a competir por afuera del FPV, y si Massa no declina su candidatura en el Frente Renovador?

 Es posible entonces que el candidato de FAP-UNEN que gane las primarias llegue a seducir al 25-30% del electorado que acompañó constantemente a sus diferentes coaliciones en 2009, 2011 y 2013. Y este 25-30%, aunque pobre, podría ser suficiente para acceder a un ballotage contra Massa, Scioli o Randazzo/Uribarri. (Por el momento Macri no despega mucho en las encuestas)

En los últimos años fue terrible la performance de estas fuerzas no justicialistas en las elecciones a gobernadores. Sólo lograron el acompañamiento de una porción de la clase media tradicional, pero casi nada de jóvenes, y mucho menos sectores de ingresos bajos. Esto contribuyó a fortalecer la estructura hegemónica del "matrimonio" Kirchnerismo-PJ, que en su momento de apogeo llegó a contar con el 80% de los mandatos ejecutivos en los 50 distritos más poblados del país (tanto provincias como municipios). De los distritos grandes solo Corrientes, Santa Fe, Córdoba capital y Rosario tienen gobernadores o intendentes que pueden identificarse dentro de este armado opositor al gobierno nacional.

Sin embargo, juzgando por los resultados de 2013, hay por lo menos diez provincias sumadas a la Ciudad de Buenos Aires, donde podría llegar a ganar esta nueva coalición de centro-izquierda moderada. Obviamente sólo si prevalecen la renovación generacional, la unidad programática, la visión estratégica y el deseo de triunfar.

Si bien la política no se debe explicar matemáticamente, pareciera insinuarse una lista de provincias con altas probabilidades de tener un gobernador del FAP-UNEN en 2015, teniendo en cuenta la suma de votos de esas fuerzas en Octubre de 2013 (o sumaron más de 40%, u obtuvieron entre 25% y 39% pero casi empatados con el otro partido mayoritario).

1. C.A.B.A. 32,2%
2. CORDOBA 29,4%
3. SANTA FE 42,3%
4. MENDOZA 49,6%
5. CORRIENTES 47,1%
6. JUJUY 39,8%
7. CATAMARCA 40%
8. LA RIOJA 46,5%
9. LA PAMPA 34,4%
10. RIO NEGRO 40,7%
11.SANTA CRUZ 42,1%

Según mi visión del mundo y la política, las sociedades "respiran" y establecen bases para progresar mediante la alternancia de diferentes liderazgos y cuadros políticos en la función pública. Y en algún momento será necesario para la maduración democrática e institucional que las fuerzas de tradiciones radicales-socialistas (u otras nuevas) accedan al poder y terminen por lo menos un mandato constitucional de cuatro años, o dos períodos consecutivos.

¿En caso de que en un futuro cercano ganen, aprenderán de los errores del período alfonsinista y de la Alianza? ¿Podrán incorporar el crecimiento económico, la infraestuctura y la seguridad a la identificación tradicional de radicales y socialistas con la educación, la salud y la justicia? ¿Estarán esas fuerzas alguna vez a la altura de las circunstancias?

lunes, 24 de febrero de 2014

Un poco de historia II


"Si se analiza la política económica del gobierno, pueden distinguirse dos períodos bien diferenciados: el que abarca los primeros 6 años y el que comprende los últimos 3. Durante el primero de ellos, el gobierno implementó una política guiada por tres objetivos básicos: redistribución de ingresos, expansión del empleo y aumento del involucramiento del Estado en la producción nacional. Existían en ese momento condiciones favorables para tales iniciativas: el país contaba con una importante masa de reservas internacionales, mientras que la demanda y los precios internacionales de los productos agropecuarios de exportación eran altos.
    Los fines redistribucionistas se veían favorecidos por la expansión del consumo que permitía el aumento de salarios reales y el mayor nivel de empleo urbano. La otra cara de estos fenómenos era el crecimiento de la producción  y de las importaciones.Las medidas de protección arancelaria, el régimen de cambios y el crédito industrial, favorecieron el crecimiento industrial. Esto generaba una dinámica que favorecía el aumento de la ocupación, especialmente en el sector manufacturero. Simultáneamente, el empleo también crecía en la esfera de la administración pública, en gran medida como resultado de la ampliación de  los ámbitos de acción del Estado. 
      
El Estado fue progresivamente concentrando el desempeño de funciones claves, vía la nacionalización de los servicios públicos y un mayor control sobre el sistema financiero y el comercio exterior. El producto bruto interno creció, aunque también los hicieron los precios,y el sector externo comenzaba a mostrar dificultades: por un lado, debido a la expansión de las importaciones, la nacionalización de los servicios públicos y el rescate de la deuda externa, las reservas cayeron abruptamente, al tiempo que el gobierno acumulaba nueva deuda externa de corto y mediano plazo. El intento de continuar con la política expansiva, aún frente a restricciones de la oferta, redujo la tasa de ahorro e inversión y elevó el nivel de precios.
    
A partir de ese momento se entró en un período de crisis que se prolongó por alrededor de tres años y que estuvo marcado por la caída de la producción. La política económica implementada había alcanzado ciertos límites. En particular, la estrategia de industrialización vía sustitución de importaciones practicada hasta entonces había sido insuficiente. El sector industrial no había alcanzado una tasa adecuada de acumulación de capital y seguía siendo fuertemente dependiente de los insumos externos. Como se explica más adelante, esta situación obligó al gobierno a introducir cambios en el rumbo de la política económica. 
   
 La crisis se evidenciaba con toda claridad en el balance de pagos. Por un lado, las tenencias de oro y divisas disminuyeron rápidamente como consecuencia del pago de deuda externa, la nacionalización de empresas extranjeras y el aumento de las importaciones.  La situación crítica y disputas al interior del gobierno derivaron en el reemplazo del equipo económico, con un nuevo presidente del Banco Central y un nuevo ministro de Economía. Este reacomodamiento redundaría en una redefinición de algunas pautas de la política económica. 
   
 Es así como en los últimos tres años de gobierno, se abre una segunda fase en la que las medidas económicas deben adaptarse a un nuevo contexto más restrictivo que el que había predominado hasta entonces. Para entonces parecían agotados los caminos hacia una mayor redistribución de ingresos en favor de los trabajadores urbanos. El ingreso del sector rural estaba ya deprimido, lo que no permitía mayores transferencias. Dados los límites a la importación de insumos para la industria y la plena utilización de la capacidad productiva, no había margen para expandir aún más el consumo. Además, los aumentos de salarios habían alcanzado un techo que no podía tocarse sin provocar aumentos en los costos o un deterioro en las relaciones laborales.
    Esta situación cuestionaba el modelo de desarrollo industrial. Además, la necesidad de incrementar la producción de energía y lograr el autoabastecimiento de petróleo también requerían una política de inversiones de mayor envergadura. Debido a las restricciones externas de la economía argentina, gran parte de este esfuerzo quedó en  manos de las empresas extranjeras.
    
Ahora bien, esto generó una nueva dinámica en el plano laboral. Expandir el empleo en el sector público, lejos de redundar en un aumento de la producción de bienes y servicios, originaba mayor gasto y elevaba el déficit. Finalmente, se modificó la política de distribución de ingresos por medio de la imposición de límites a los aumentos salariales. S
e intentó poner límites al gasto público y a la expansión estatal dentro de la esfera económica. Se modificó el tratamiento que se otorgaba al capital extranjero y se obtuvieron créditos externos para el desarrollo de determinados proyectos."

Fuente: "Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina. La política económica del peronismo." (1946-1955)    http://www.argentina-rree.com/11/11-005.htm

miércoles, 22 de enero de 2014

Un poco de historia


“Luego de 11 años de crecimiento continuo ayudados por los precios altos de nuestras exportaciones agrícolas, la economía argentina no pudo ser ajena a la crisis internacional que afectó nuestras exportaciones. Al ser nuevamente importadores netos de combustible, las divisas del Banco central comenzaron a bajar rápidamente hasta perderse dos tercios del total. Al mismo tiempo, la emisión monetaria se estaba descontrolando.

La presidenta, que por quedar viuda del expresidente genera una ola de simpatía y apoyo en la sociedad, dispone controles de precios para evitar la inflación. Pero son de muy difícil implementación y la economía se sigue deteriorando. Asume un nuevo ministro de economía que acelera la devaluación, dispone un aumento en las tarifas de pasajes aéreos, autoriza subas en combustibles, en servicios públicos y en el transporte. Estas medidas dispararon la inflación, disminuyendo enormemente el poder de compra de los trabajadores. Ante semejante situación, la CGT intentó negociar con el gobierno un mayor aumento de salarios, que gracias al desborde y fuerte movilización de los trabajadores, generaron el primer paro contra un gobierno peronista.”

Fuente Wikipedia. “Rodrigazo” (1975, gobierno de Isabelita Perón)

domingo, 5 de enero de 2014

¿Se viene un Rodrigazo?

Las grandes crisis argentinas en democracia (Rodrigazo en 1975, Hiperinflación de 1989, Corralito del 2001) se dieron cuando coincidieron 4 factores:

1. Debilidad política e inoperancia del Ejecutivo, sea por presión militar, empresaria o popular.
2. Alto déficit fiscal, financiado con deuda o emisión monetaria.
3. Caída brusca de reservas del Banco Central, que las vuelve muy bajas para pagar la deuda externa creciente. Esta caída puede ser por fuga de capitales, déficit en la balanza comercial o altos intereses pagados.
4. Bajo precio internacional de nuestras exportaciones, que no permiten pagar todas las importaciones necesarias, los préstamos adquiridos, ni sumar reservas.

Aunque haya altos niveles de pobreza, se profundicen muchos problemas y crezcan las demandas de la sociedad a un gobierno cada vez más desgastado o "cansado", no se ven estos cuatro factores actuando a la vez en la coyuntura actual.

1. Si bien el gobierno perdió votos e imagen positiva, la fragmentación opositora y los gobernadores endeudados con el Ejecutivo ayudan a la relativa fortaleza de Cristina.
2. El déficit fiscal es alto, pero podría solucionarse bajando gradualmente los subsidios exagerados o aumentando impuestos a pesar del riesgo recesivo de ambas medidas.
3. Si bien se perdieron 40% de las reservas en 2 años, la situación parece estabilizarse con la devaluación, el control a las importaciones y el impuesto al turismo en curso. Todavía no son tan bajas en relación a la deuda externa como en épocas anteriores.
4. Los precios de nuestros productos agrarios en el mercado internacional siguen siendo muy altos.