lunes, 24 de febrero de 2014

Un poco de historia II


"Si se analiza la política económica del gobierno, pueden distinguirse dos períodos bien diferenciados: el que abarca los primeros 6 años y el que comprende los últimos 3. Durante el primero de ellos, el gobierno implementó una política guiada por tres objetivos básicos: redistribución de ingresos, expansión del empleo y aumento del involucramiento del Estado en la producción nacional. Existían en ese momento condiciones favorables para tales iniciativas: el país contaba con una importante masa de reservas internacionales, mientras que la demanda y los precios internacionales de los productos agropecuarios de exportación eran altos.
    Los fines redistribucionistas se veían favorecidos por la expansión del consumo que permitía el aumento de salarios reales y el mayor nivel de empleo urbano. La otra cara de estos fenómenos era el crecimiento de la producción  y de las importaciones.Las medidas de protección arancelaria, el régimen de cambios y el crédito industrial, favorecieron el crecimiento industrial. Esto generaba una dinámica que favorecía el aumento de la ocupación, especialmente en el sector manufacturero. Simultáneamente, el empleo también crecía en la esfera de la administración pública, en gran medida como resultado de la ampliación de  los ámbitos de acción del Estado. 
      
El Estado fue progresivamente concentrando el desempeño de funciones claves, vía la nacionalización de los servicios públicos y un mayor control sobre el sistema financiero y el comercio exterior. El producto bruto interno creció, aunque también los hicieron los precios,y el sector externo comenzaba a mostrar dificultades: por un lado, debido a la expansión de las importaciones, la nacionalización de los servicios públicos y el rescate de la deuda externa, las reservas cayeron abruptamente, al tiempo que el gobierno acumulaba nueva deuda externa de corto y mediano plazo. El intento de continuar con la política expansiva, aún frente a restricciones de la oferta, redujo la tasa de ahorro e inversión y elevó el nivel de precios.
    
A partir de ese momento se entró en un período de crisis que se prolongó por alrededor de tres años y que estuvo marcado por la caída de la producción. La política económica implementada había alcanzado ciertos límites. En particular, la estrategia de industrialización vía sustitución de importaciones practicada hasta entonces había sido insuficiente. El sector industrial no había alcanzado una tasa adecuada de acumulación de capital y seguía siendo fuertemente dependiente de los insumos externos. Como se explica más adelante, esta situación obligó al gobierno a introducir cambios en el rumbo de la política económica. 
   
 La crisis se evidenciaba con toda claridad en el balance de pagos. Por un lado, las tenencias de oro y divisas disminuyeron rápidamente como consecuencia del pago de deuda externa, la nacionalización de empresas extranjeras y el aumento de las importaciones.  La situación crítica y disputas al interior del gobierno derivaron en el reemplazo del equipo económico, con un nuevo presidente del Banco Central y un nuevo ministro de Economía. Este reacomodamiento redundaría en una redefinición de algunas pautas de la política económica. 
   
 Es así como en los últimos tres años de gobierno, se abre una segunda fase en la que las medidas económicas deben adaptarse a un nuevo contexto más restrictivo que el que había predominado hasta entonces. Para entonces parecían agotados los caminos hacia una mayor redistribución de ingresos en favor de los trabajadores urbanos. El ingreso del sector rural estaba ya deprimido, lo que no permitía mayores transferencias. Dados los límites a la importación de insumos para la industria y la plena utilización de la capacidad productiva, no había margen para expandir aún más el consumo. Además, los aumentos de salarios habían alcanzado un techo que no podía tocarse sin provocar aumentos en los costos o un deterioro en las relaciones laborales.
    Esta situación cuestionaba el modelo de desarrollo industrial. Además, la necesidad de incrementar la producción de energía y lograr el autoabastecimiento de petróleo también requerían una política de inversiones de mayor envergadura. Debido a las restricciones externas de la economía argentina, gran parte de este esfuerzo quedó en  manos de las empresas extranjeras.
    
Ahora bien, esto generó una nueva dinámica en el plano laboral. Expandir el empleo en el sector público, lejos de redundar en un aumento de la producción de bienes y servicios, originaba mayor gasto y elevaba el déficit. Finalmente, se modificó la política de distribución de ingresos por medio de la imposición de límites a los aumentos salariales. S
e intentó poner límites al gasto público y a la expansión estatal dentro de la esfera económica. Se modificó el tratamiento que se otorgaba al capital extranjero y se obtuvieron créditos externos para el desarrollo de determinados proyectos."

Fuente: "Historia General de las Relaciones Exteriores de la República Argentina. La política económica del peronismo." (1946-1955)    http://www.argentina-rree.com/11/11-005.htm